5 pecados a la hora de emprender un plan de incentivos

Es normal que los seres humanos cometan errores, se equivoquen y confundan al hacer alguna tarea, pero caer en la misma falla una y otra vez, es una licencia que no nos podemos permitir en nuestra vida personal, ni en nuestro ámbito laboral ¿Cuántas veces has intentado empezar un buen plan de incentivos, pero siempre lo olvidas o lo dejas a un lado porque no funcionó la primera vez que lo intentaste?

Si es así, a continuación, te damos una guía de 5 aspectos para que tu plan sea un éxito y no un fracaso; si no es tu caso y quieres saber qué aspectos debes tener en cuenta para que la felicidad de tu equipo sea una constante, también puedes sacar algunas ideas después de leer este post.

Tu semilla nunca dará fruto

Si crees que todos piensan igual que tú, incluso que desean y sueñan con lo mismo que tú quieres, estás muy equivocado. Cada miembro de tu equipo es diferente, y aspira a conseguir en su vida aspectos que lo vinculen con sus deseos personales.

Empieza por cambiar tu chip, y acercarte más a tus empleados, escúchalos y aprende a conocer los gustos de cada uno, así podrás formular un listado de opciones que corresponden a las recompensas que la mayoría de ellos quieren. De esta manera eres equitativo y te vuelves un aliado para el cumplimiento de las metas y objetivos de tus trabajadores.

Entre más empleados felices tengas, más productiva será tu empresa y mayores ingresos tendrás.

Lo que no dices, no existe

Las reuniones y juntas que programes con tu equipo, están diseñadas para que les informes, y los mantengas al tanto de las novedades que se van a realizar dentro de la compañía.

Utiliza estos espacios para actualizarlos acerca de los cambios que ha tenido el plan de incentivos en el que has estado trabajando, cómo se va a manejar y qué tipo de bonificaciones se van a dar. De esta manera, llegas a un acuerdo con todos, para que se sientan estimulados por esforzarse y poner lo mejor de sí, para alcanzar los ‘regalos prometidos’. Recuerda que un trabajador motivado, vale por dos

Todos somos iguales

Sin importar qué cargo ocupe, o qué tanto conocimiento tenga un colabodador, los programas de reconocimiento que realices deben ser transparentes, olvídate de los favoritismos y preferencias. Todos merecen que su empeño sea evaluado por igual, y que los mantengas al tanto de cómo van en el proceso. De qué les sirve trabajar día y noche en una tarea, si nunca vas a tener en cuenta las labores que hagan.

Además, no te olvides de promover la camaradería y de hacer que cada área y sector de la empresa esté a gusto con las metas y objetivos que les des, así todos harán parte de la cadena de motivación que estás intentando implementar. Cada pieza en tu empresa, es única y valiosa.

Plantea límites

Desde el momento en que llegues a un consenso y establezcas los estímulos que vas a dar, plantea junto a ellos cuáles son las reglas para poder alcanzar el premio. Desarrolla una manera fácil de comprender el plan, siendo simple de comunicar – recordar y con pasos sencillos de cumplir.

Para ello, puedes redactar un manual en el que estén consignadas las bases, términos y condiciones del plan, así tu equipo sabrá a qué tipo de bonificaciones puede acceder. Las reglas claras, generan opciones de incentivos accesibles

Aprende a medir resultados

Sabes que cada persona tiene un trabajo y proyecto por alcanzar. Por ende, debes realizar un trabajo analítico en el que puedas ponderar y controlar cada una de las tareas, evaluando su proceso y nivel de complejidad.

Por esto, es necesario que estudies cuidadosamente cuáles son los esfuerzos que realiza cada empleado para alcanzar las recompensas que se prometieron. Así podrás medir y administrar cómo va el desarrollo colectivo en el cumplimiento de los objetivos.

¡Conócelos, valóralos y prémialos!